Época: China
Inicio: Año 8500 A. C.
Fin: Año 1800

Antecedente:
La familia



Comentario

En la sociedad china, el varón era más apreciado que la mujer. Según reza un proverbio, educar a una niña era como "estar labrando el campo de otro hombre". Por esta razón, muchas niñas eran ahogadas por las propias comadronas tras nacer, provocando una verdadera escasez de féminas en edad núbil. En consecuencia, la mayoría de las muchachas contraían matrimonio, verdadero objetivo de la mujer china tradicional. Algunas jóvenes permanecían solteras para cuidar a sus padres o ingresar en un convento budista o taoísta. Sería práctica habitual en algunas zonas de China criar a niñas en casas ajenas para de esta manera asegurarse una buena esposa para el hijo de la familia de acogida y una buena nuera para la mujer de la casa, evitando al mismo tiempo algunos gastos.
La edad de alcanzar el matrimonio eran los 17 años para las mujeres, mientras que los hombres variaban en función de su situación económica. En las clases adineradas era habitual la poligamia, estando subordinadas a la mujer principal las llamadas mujeres secundarias y las concubinas.

Como es lógico pensar, la educación era totalmente diferente para los niños y las niñas. Los varones permanecían junto a las mujeres de la familia hasta los seis años, ya que "no estaba capacitado para entender las cosas". A partir de esa edad el niño acudía a la escuela y pasaba a la tutela directa del padre, llevando una estricta disciplina. Uno de los objetivos de la educación era aceptar su destino. Las niñas estaban abocadas, como hemos referido anteriormente, al matrimonio. Las bodas eran concertadas por los padres, pues se consideraban alianzas entre familias. Era muy extraño que la novia conociese a su futuro marido hasta el momento de la celebración. Ni el Estado ni las instituciones religiosas participaban en los ritos matrimoniales.

Los enfrentamientos entre los hermanos eran habituales, por lo que a la muerte del padre se provocaba la fragmentación del patrimonio familiar.